“Los pueblos ejercen unas funciones esenciales para el territorio y son la otra cara de las ciudades sostenibles”, explicó a Efe el director general de Políticas para el Desarrollo Sostenible del Ministerio de Asuntos Exteriores español, Gabriel Ferrero.

Ferrero lidera la delegación española en esta Asamblea, la primera de ONU-Hábitat y que busca debatir sobre la sostenibilidad de las ciudades, con temas tan candentes como el cambio climático, la movilidad o la gestión de residuos.

“La sostenibilidad no son solo ciudades sostenibles. Las ciudades sostenibles deben llevar aparejado un medio rural vivo y próspero o, por definición, no lo van a ser”, alegó Ferrero.

Por eso, aunque la imagen de una ciudad que se hace mucha gente pueda ser Barcelona, Madrid, Tokio o Nairobi, lo que España pretende es incluir a estas ciudades más pequeñas de naturaleza rural en el punto de mira.

La despoblación en España se ha colado en el debate en los últimos meses y en la agenda electoral en los últimos comicios.

Mientras que la población total de España ha ido aumentando en el último cuarto de siglo, el éxodo rural ha provocado que muchos pueblos, sobre todo del interior, se hayan vaciado.

“Lo que España promueve es que se tenga muy en cuenta el mundo rural, es decir, que haya cohesión entre la ciudad y lo que lo rodea”, añadió Javier Gutiérrez, otro de los miembros del Ministerio de Asuntos Exteriores presentes en la capital keniana como parte de la delegación española en la cumbre.

El modelo de ciudad que busca España, que es a la vez el mismo que intenta dibujar el programa de la ONU, es el de “ciudad mediterránea”, es decir, asentamientos que “concentren los servicios y los núcleos poblacionales en zonas, en vez de tener comunidades muy dispersas”, explicó Gutiérrez a Efe.

Frente a modelos como el estadounidense, donde las ciudades son barrios con conexiones difíciles y que dependen sobre todo del transporte privado, España apuesta por ciudades conectadas con servicios en cada barrio y que se articulen con transporte comunitario.

Sin embargo, Ferrero reconoce que en la mayoría de ciudades españoles la diferencia entre barrios es evidente y “hay mucha desigualdad”, llegando a cambiar la expectativa de vida de forma “dramática” según la zona de cada urbe.

Pero el nivel de cobertura de salud, educación, infraestructura de agua es “puntero”, según el director general.

“Estamos en el momento donde todavía aparentemente no estamos, pero estamos en el momento justo del cambio”, apuntó Ferrero.

La Asamblea de ONU-Hábitat, que comenzó el lunes y se clausura este viernes con la presencia de delegaciones de más de 120 países, pretende alcanzar compromisos para construir ciudades más sostenibles, resilientes y seguras en el mundo.

Fuente: EFE