“La tendencia es irse a las ciudades, pero deberíamos aprovechar la tecnología para enriquecer el medio rural”

Sin oficina ni casa fija: así viven los nómadas digitales. Una nueva tribu que busca un entorno más ‘tranquilo’ o más ‘exótico’ para vivir

“La tendencia es irse a las ciudades, pero deberíamos aprovechar la tecnología para enriquecer el medio rural”

“Llevaba mucho tiempo pensando montar algo por mi cuenta, hacerme autónoma, mi estudio (Estudio Limón), y decidí que o ahora o nunca… y así fue. Y por qué no, en el pueblito. Esa idea llevaba mucho tiempo rondándome la cabeza y decidí lanzarme a ello”. Así explica María Sanz Ricarte, diseñadora gráfica, su decisión de no trabajar en una oficina usual y dejar atrás la gran ciudad.

María Sanz Ricarte es una chica de 31 años, natural de Zaragoza, que un día decidió irse a vivir al pueblo, Malpica de Arba, a 100 kilómetros de la capital aragonesa. María asegura que su día a día es igual que el de un autónomo que no es nómada digital. “Lucho para cumplir con el horario que me impongo, aunque muchas veces el horario va marcado por el volumen del trabajo”, apunta, y añade que su día es como el de todos: “Me levanto, me ducho, paseo al perro y a las 9 me pongo a trabajar”.

Pero ¿el nomadismo digital es un fenómeno en auge? Para Mariano Urraco, profesor de Sociología de UDIMA, aunque es cierto que hoy en día hay más nómadas digitales que antes, todavía no se puede decir que estemos ante una tendencia imparable que marque el futuro del trabajo en las próximas décadas.

“Siempre ha habido gente que ha trabajado in itinere, es decir, sin necesidad de acudir a diario a un lugar de trabajo. Lo que pasa es que, evidentemente, para determinados empleos se ha considerado que es una forma eficaz de organizar el trabajo aprovechar las potencialidades que brinda la tecnología digital para mantener interconectados a los trabajadores independientemente de dónde se encuentren geográficamente”, afirma Urraco.

“El nómada digital puede conectarse desde cualquier parte y realizar su trabajo desde una oficina que es el mundo en su totalidad, lo que permite prescindir de las oficinas físicas”, indica este profesor. Y es precisamente aquí donde llega el punto a favor: “No pierdo tiempo en coger el bus ni en atascos”, señala María. De hecho, apunta que si tiene alguna reunión en Zaragoza coge el coche y se va hasta ahí. “No está nada lejos, en un poco más de una hora estoy. Hay gente que vive en Madrid o Barcelona que invierte (pierde) más tiempo en ir al trabajo”, puntualiza la joven.

NÓMADAS DIGITALES: TRABAJAR DESDE CUALQUIER LUGAR

María asegura que decidió ser nómada digital porque su profesión le permite poder trabajar un poco apartada, aunque reconoce que al principio es más difícil porque “tienes que entender lo que el cliente o empresa quiere y necesita y siempre es mejor en persona”. Añade que le dio más miedo el cambio laboral que el irse a vivir al pueblo, que, al final, es acostumbrarse.

Reconoce que muchas veces echa de menos el ritmo de la ciudad, sus calles, “quedar con la gente para tomar unas cañas”, pero cuando le pasa esto “lo soluciono rápido y bajo a Zaragoza, pero en seguida tengo muchas ganas de volver otra vez a casa”. María aconsejaría a todo el mundo ser nómada digital: “Es una de las grandes ventajas de la digitalización”.

La joven explica que las grandes ciudades generan mucho estrés y un ritmo de vida muy acelerado. “Hay pequeños detalles, como mirar al cielo por la noche y ver las estrellas, que en Zaragoza es imposible”, señala. Por contra, esta forma de vida “supone prescindir de multitud de relaciones, que aportan un valor añadido al proceso productivo, y esta cuestión ‘humana, demasiado humana’ hay que tenerla en consideración también en la ecuación de costes/beneficios de estas nuevas pautas organizacionales”, manifiesta Mariano Urraco.

¿Será entonces el nomadismo digital el futuro del empleo? Para Urraco, “este modelo de organizar el trabajo (o determinados tipos de trabajo) coexistirá con otras fórmulas más ‘tradicionales’, que ya han demostrado su utilidad para satisfacer determinados objetivos, que, al final, es de lo que se trata”. No obstante, este profesor llama a la prudencia antes de pensar que todos vamos a ser nómadas digitales en un plazo de tiempo relativamente corto. Pero María hace un alegato en su defensa: “Hoy en día la tendencia es irse a las ciudades, pero deberíamos aprovechar las nuevas tecnologías para la vuelta a eso y enriquecer el medio rural”.

Fuente: El Periodico

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