El proceso productivo comienza con la llegada de los pollos que son enviados por la integradora. Estos se crían, cuidan y engordan durante 45 días, manteniendo un exhaustivo control sobre la salud, bienestar, alimentación y condiciones sanitarias. El objetivo es conseguir el máximo engorde posible de los animales en ese periodo de cría o crianza. La integradora es la que provee a Noelia tanto de los pollos, como de su alimentación y de los controles sanitarios a lo largo de las crianzas. Tras cada periodo de crianza, los pollos son retirados por la integradora, se liquidan cuentas y se prepara la nave para una nueva crianza.
La nave está dotada de sistemas automáticos y está muy mecanizada, facilitando el trabajo de Noelia. Ella sola puede criar 35.000 pollos en una nave de aproximadamente 2000 metros cuadrados. La mecanización y la autogestión de la instalación han requerido de una fuerte inversión, pero permite que una sola persona consiga un alto rendimiento en cría.
La principal diferenciación de la explotación es el uso de los nuevos sistemas de refrigeración y ventilación que usa. Según la promotora de la idea, la refrigeración longitudinal de tipo túnel es lo último en este tipo de explotaciones, permitiendo una mejor eficacia y eficiencia de los sistemas.
El único cliente de Noelia actualmente es una Integradora que comercializa y gestiona directamente con el cliente final. Esta integradora además de ser su cliente le provee de materia prima, piensos y pollos, y de servicios veterinarios.
Noelia tiene todos los certificados y cursos a los que obliga la norma, como por ejemplo el de biocidas y el de bienestar animal, entre otros. Además, nos indica que en su momento percibió una ayuda para jóvenes agricultores que le sirvió de apoyo para la inversión inicial.
Noelia cuenta solamente con el apoyo por parte del personal técnico y veterinario de la integradora, y es capaz de autogestionar la explotación. Además, indica que previamente a comenzar la actividad no tenía conocimientos específicos sobre la misma.
El origen de la idea de emprender una actividad como la del engorde y criadero de pollos, surge de manera casual, hablando con amigos y conocidos. Estos comentarios despiertan el interés de Noelia y de su marido Félix, que ven la posibilidad de emprendimiento en esta área como una oportunidad que debe ser aprovechada para incrementar los ingresos familiares.
Tras un periodo de formación e investigación sobre las necesidades y requerimientos de este tipo de explotaciones, deciden dar el paso y construir la nave y dotarla de las ultimas tecnológicas, empezando de esa manera sus primeros pasos en las explotaciones avícolas.
Noelia indica que para emprender esta actividad hay que ser una persona trabajadora y constante, con dedicación de 24 horas al día. Además, debe tener los conocimientos técnicos necesarios para gestionar la explotación. Hay que formarse, a ser posible con expertos y profesionales de otras explotaciones, e instaladores de granjas que te permitan tener un mínimo de experiencia previa.
Dificultades y amenazas
El tema administrativo es muy lento, la puesta en marcha le costó un año y medio. En su caso tardaron muchísimo en darle servicio eléctrico. Además, es evidente que tener solo un cliente es peligroso.
Como amenaza principal, Noelia indica que el pollo no venga bien y no salga la cría como deseas.
Evolución
Empezaron con el mismo número de crías y ha ido aprendiendo con el tiempo, mejorando el rendimiento y sin parar de aprender, tanto en el manejo de las instalaciones como en el de las aves.
Noelia tiene en mente ampliar la explotación, aunque depende de algunos factores como la financiación. El diferencial desde el inicio de la actividad hasta ahora es que se es más eficiente en el proceso de cría.
Estar las 24 h pendiente, el uso de ventilación túnel, así como el empeño y sacrificio junto al uso de tecnologías, son el origen de su éxito.
Consejos
No hay que dejar de vigilar ni un momento la instalación, se trabaja con animales vivos y por lo tanto cualquier cambio inesperado en las condiciones de cría puede suponer una catástrofe en la producción.
Fuente: Fundación Andalucía Emprende