El cierre de las oficinas y los cambios tecnológicos están impulsando el uso de la banca digital. Los canales a distancias en los servicios financieros cada día crecen con más fuerza, hasta el punto de que el 40% de los ciudadanos que viven en zonas rurales los utiliza, según datos extraídos por CaixaBank Research a partir de cifras de Eurostat. Este porcentaje, a pesar del envejecimiento poblacional en los municipios de menor tamaño, no difiere en demasía con las zonas urbanizadas, donde la operativa por móvil e Internet alcanza el 44%, y en las ciudades, donde el porcentaje escala hasta el 54%.
La banca digital permite al mundo rural evitar casos de exclusión financiera, tal y como resalta el Banco de España, tras la clausura de un sinfín de sucursales en los pueblos. Hay que tener en cuenta que las entidades no están presentes, de manera física a través de una oficina, en la mitad de los municipios de nuestro país. Algo más de 4.000 de las 8.100 poblaciones no contaban con una agencia bancaria en 2017, según los últimos datos disponibles.
La desaparición de la red afecta, sobre todo, a las localidades con un volumen de habitantes más bajo. Los pueblos con menos de 500 personas concentra el 85% de los municipios sin sucursal (3.424) o el 87% de los mismos. En las urbes con más de 10.000 ciudadanos al menos hay una oficina abierta, por contra. Las comunidad más afectada es de lejos Castilla y León, donde más de 1.700 villas (con el 16% de la población regional) no tienen un agencia financiera en sus calles.
“Internet facilita las operaciones bancarias evitando la exclusión financiera, pero el cierre de oficinas dificulta el acceso al efectivo al segmento de población que lo usa como medio de pago principal y único”, destaca el organismo supervisor en un informe, en el que apunta que “las entidades complementan la distribución de efectivo con cajeros automáticos desplazados y otras facilidades como oficinas móviles en zonas rurales”.
CaixaBank Research destaca la importancia de la red física para los sectores agrarios
Aunque la denominada España vacía cuenta con el mayor riesgo de exclusión financiera, el servicio de estudios de CaixaBank sostiene que la reducción de oficinas ha sido menor en las comunidades que presentan una mayor proporción de población en municipios pequeños. Así, destaca que entre 2008 y 2017 el ajuste en las localidades con un volumen inferior a los 10.000 habitantes se limita al 26%, frente al 43% del resto.
Desde el inicio de la crisis hasta mediados de este ejercicio los bancos han destruido el 45% de su red física en todo el territorio nacional, pasando de los 46.000 centros a los 25.565. El recorte ha continuado tras el verano, con el inicio del plan de ajuste del Santander, por el que clausurara más de 1.100 sucursales tras la integración del Popular, y de CaixaBank, que pretende disminuir las oficinas en un 25% (821). Deutsche Bank también ha anunciado recientemente una parte pequeña de su red física-.
A diferencia de otras entidades, CaixaBank se ha comprometido a mantener 1.100 las oficinas de su división AgroBank, que son aquellas situadas en poblaciones de menos de 10.000 habitantes y que representan aproximadamente el 24% del total. Para tomar esta decisión, se basa en algunos fundamentales. El servicios de estudios de la entidad apunta que las oficinas juegan un papel fundamental en la zona rural porque los clientes tienen preferencia por la oficina y necesitan oferta especializada.
Añade en un informe reciente que los particulares (también los que viven en grandes urbes) “valoran la proximidad de la oficinacomo el factor principal a la hora de elegir su banco principal (en torno a un 40%”. Aunque este factor ha perdido peso en los últimos años, sostiene que sigue situándose claramente por encima del resto de condicionantes, como pueden ser la calidad de servicio o las condiciones económicas.
En cuanto a los servicios especializados, CaixaBank Research indica que los sectores empresariales que operan en el mundo rural, como el agrícola, requieren de una atención más personalizada y en una oficina “existe un elevado conocimiento e información del modelo de negocio y del entorno local en el que operan”.
La presencia en el territorio resulta fundamental para ofrecer una propuesta de valor centrada en la especialización en sectores como la agricultura, la ganadería o la pesca, y en la agilidad comercial que necesitan estas empresas para cubrir sus necesidades especificas. Para este colectivo, la eficacia y el buen conocimiento del negocio empresarial priman a la hora de escoger banco, por lo que contar con presencia física en la zona repercute en una ventaja competitiva, resalta el informe.
Fuente: El Economista. Fernando Tadeo