Vivir en un entorno rural favorece el bienestar mental de las personas mayores, según un estudio llevado a cabo por investigadoras de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Universidad de Barcelona (UB).

En un comunicado, la UPF asegura que la investigación, hecha a partir de una muestra extraída de la Encuesta de Salud de Cataluña entre los años 2015 y 2017, ha demostrado una «relación directa» entre el bienestar mental y el nivel de ruralidad.

El sentido positivo del bienestar emocional permite que las personas vivan de manera plena y se sientan integradas en la sociedad, a la vez que tienen más capacidad para recuperarse de enfermedades o cambios inesperados.

Así lo han afirmado las autoras del trabajo, las investigadoras del Departamento de Econometría, Estadística y Economía Aplicada de la UB, Manuela Alcañiz y Maria-Carme Riera-Prunera, y la investigadora del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la UPF, Aida Solé-Auró.

Las expertas han sostenido que «incentivar a la gente mayor a vivir en entornos rurales podría dar lugar a un mayor bienestar en las últimas etapas de la vida».

«La autopercepción que tienen las personas mayores que viven en zonas rurales en referencia a las limitaciones de salud y envejecimiento, se asocia a un deterioro del bienestar mental más bajo, mientras que la vida en zonas urbanas está relacionada con un mayor riesgo de sufrir problemas emocionales ‘atribuibles’ a dificultades económicas o al bajo nivel educativo«, según las autoras.

El ensayo, que ha tratado de identificar los factores de riesgo que pueden influir en el confort mental de los ancianos, ha detectado que «las variables relacionadas con el estado de salud, la autonomía personal y el apoyo social parecen estar estrechamente asociadas al bienestar mental«.

El propósito del estudio se enmarca en «uno de los principales retos de la sociedad actual», como es asegurar la calidad de vida durante el envejecimiento.

Fuente: ABC