Ruta por los castillos de la provincia de Jaén

Desde Baños de la Encina a La Carolina, pasando por Alcalá la Real y la capital, la provincia jiennense está repleta de historia

Trazar una ruta por los castillos de Jaén supone también recorrer los escenarios de algunos de los acontecimientos históricos más importantes de Andalucía. En 1808, por ejemplo, la batalla de Bailén puso fin a la presencia francesa en suelo español. Y, mucho antes, la batalla de las Navas de Tolosa acabó con la hegemonía árabe en la Península Ibérica. Son retazos de historia que pueden revivirse a través de las fortalezas jiennenses y sus territorios en un recorrido que aúna interés histórico, artístico, y patrimonial. La ruta comienza en el Castillo de Bury Al-Hamma (Burgalimar), en Baños de la Encina, una de las fortalezas musulmanes mejor conservadas de Europa. Construida en el siglo X, sus muros son la mejor muestra de la arquitectura militar andalusí. Además, han permanecido casi intactos a lo largo de los siglos, por lo que aún puede verse levantadas las catorce torres que componen su muralla. A lo largo de la historia, tras su gran importancia en el Califato de Córdoba, se ha utilizado como estancia real, cementerio parroquial e, incluso, como escenario de varias películas.
La siguiente parada es Jaén. Los musulmanes erigieron una enorme alcazaba. Cuando los cristianos conquistaron la ciudad, transformaron la fortaleza, que pasó a tener tres partes diferenciadas: el Castillo de Abrehui, el Alcázar Viejo y el Alcázar Nuevo. Sobre las dos primeras se construyó el actual Parador Nacional de Turismo y se sigue conservando el Alcázar Nuevo.
Hay que destacar, también, el protagonismo que el Castillo de Santa Catalina tuvo durante la Guerra de la Independencia, cuando se convirtió en un importante centro de operaciones para las tropas napoleónicas.
Castillo de Santa Catalina
Castillo de Santa Catalina – Ideal Jaén
El Castillo de Alcaudete, por su parte, es uno de los mejor restaurados de España. Además, cuenta con un centro de interpretación para que los visitantes conozcan mejor su evolución histórica y, en especial, la etapa que estuvo a cargo de los monjes soldado de la Orden de Calatrava, que la convirtieron en fortaleza defensiva frente al reino nazarí de Granada.

Sistemas defensivos

La Fortaleza de la Mota, cuya majestuosidad llama la atención a primera vista, se ubica en Alcalá la Real. Se trata de uno de los sistemas defensivos más complejos de Al-Andalus. Muy bien conservado, adentrarse en sus callejas, en la Alcazaba o en la Iglesia Mayor Abacial permite recrear cómo era la vida en aquella época. Punto fronterizo del reino nazarí, fue más tarde cuartel de las tropas cristianas. La ruta continúa hasta Linares. A ocho kilómetros de allí se encuentra uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Europa. Aquí se ubicaba Cástulo, una de las ciudades ibero romanas más importantes de la Península Ibérica. Entre el innumerable patrimonio que atesora el enclave se encuentra el Castillo de Santa Eufemia, construido por los árabes entre los siglos XI y XIII. Se trata de uno de los últimos signos de la importancia de esta ciudad que desapareció definitivamente a finales de la Edad Media.
Castillo de Santa Eufemia
Castillo de Santa Eufemia – Castillos y Batallas
El Castillo del Trovador Macías es, sin duda, uno de los grandes atractivos de la localidad de Arjonilla. La leyenda del célebre trovador, que inspiró a escritores como Lope de Vega o Larra, cuenta el desafortunado amor entre el joven Macías y Doña Elvira, una historia que se recrea cada año en el municipio a través de las jornadas medievales. Tras la conquista cristiana, la Orden de Calatrava dotó al castillo de una torre-puerta en cuyo aposento más alto se cuenta que estuvo preso y murió Macías el Enamorado. Es en esta época, además, cuando se construye la ermita de Santa Catalina, convertida en capilla del castillo y en la que, hasta el siglo XVII, todavía existía el sepulcro del joven trovador. Tres de los siete lados que tuvo la fortaleza aún se conservan en buen estado, al igual que la torre. La Orden de Calatrava también tuvo un papel fundamental en otras fortalezas, como en la de Lopera, donde construyeron una fortaleza considerada como una de las joyas de la provincia en arquitectura defensiva. Declarado bien de interés cultural en 1991, este castillo conserva el perímetro amurallado original, aunque a lo largo de los años sirvió también de residencia e, incluso, como bodega a mediados del siglo XX, por lo que ha sido fruto de varias restauraciones.

La gran batalla

También es imprescindible visitar lo que queda del Castillo de las Navas de Tolosa, en La Carolina. Cuenta la leyenda que, tras su conquista y apenas dos días después de la histórica Batalla de las Navas de Tolosa, los cristianos no dudaron en pasar a cuchillo a los defensores de este castillo que, durante más de doscientos años, sirvió de defensa y vigía para el reino musulmán. Hoy apenas quedan los restos de su torre, que destaca en la dehesa jienense. El Castillo de Martos, el de la Tobaruela, el Castillo de Torredonjimeno, el del Berrueco y las murallas y torres de Boabdil, donde se cuenta que estuvo preso el último Emir de Granada después de ser capturado, completan una ruta destinada a bucear en la historia. ABC  

Ruta por los castillos de la provincia de Jaén

Desde Baños de la Encina a La Carolina, pasando por Alcalá la Real y la capital, la provincia jiennense está repleta de historia

Trazar una ruta por los castillos de Jaén supone también recorrer los escenarios de algunos de los acontecimientos históricos más importantes de Andalucía. En 1808, por ejemplo, la batalla de Bailén puso fin a la presencia francesa en suelo español. Y, mucho antes, la batalla de las Navas de Tolosa acabó con la hegemonía árabe en la Península Ibérica. Son retazos de historia que pueden revivirse a través de las fortalezas jiennenses y sus territorios en un recorrido que aúna interés histórico, artístico, y patrimonial.

La ruta comienza en el Castillo de Bury Al-Hamma (Burgalimar), en Baños de la Encina, una de las fortalezas musulmanes mejor conservadas de Europa. Construida en el siglo X, sus muros son la mejor muestra de la arquitectura militar andalusí. Además, han permanecido casi intactos a lo largo de los siglos, por lo que aún puede verse levantadas las catorce torres que componen su muralla. A lo largo de la historia, tras su gran importancia en el Califato de Córdoba, se ha utilizado como estancia real, cementerio parroquial e, incluso, como escenario de varias películas.

La siguiente parada es Jaén. Los musulmanes erigieron una enorme alcazaba. Cuando los cristianos conquistaron la ciudad, transformaron la fortaleza, que pasó a tener tres partes diferenciadas: el Castillo de Abrehui, el Alcázar Viejo y el Alcázar Nuevo. Sobre las dos primeras se construyó el actual Parador Nacional de Turismo y se sigue conservando el Alcázar Nuevo.

Hay que destacar, también, el protagonismo que el Castillo de Santa Catalina tuvo durante la Guerra de la Independencia, cuando se convirtió en un importante centro de operaciones para las tropas napoleónicas.

Castillo de Santa Catalina
Castillo de Santa Catalina – Ideal Jaén

El Castillo de Alcaudete, por su parte, es uno de los mejor restaurados de España. Además, cuenta con un centro de interpretación para que los visitantes conozcan mejor su evolución histórica y, en especial, la etapa que estuvo a cargo de los monjes soldado de la Orden de Calatrava, que la convirtieron en fortaleza defensiva frente al reino nazarí de Granada.

Sistemas defensivos

La Fortaleza de la Mota, cuya majestuosidad llama la atención a primera vista, se ubica en Alcalá la Real. Se trata de uno de los sistemas defensivos más complejos de Al-Andalus. Muy bien conservado, adentrarse en sus callejas, en la Alcazaba o en la Iglesia Mayor Abacial permite recrear cómo era la vida en aquella época. Punto fronterizo del reino nazarí, fue más tarde cuartel de las tropas cristianas.

La ruta continúa hasta Linares. A ocho kilómetros de allí se encuentra uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de Europa. Aquí se ubicaba Cástulo, una de las ciudades ibero romanas más importantes de la Península Ibérica. Entre el innumerable patrimonio que atesora el enclave se encuentra el Castillo de Santa Eufemia, construido por los árabes entre los siglos XI y XIII. Se trata de uno de los últimos signos de la importancia de esta ciudad que desapareció definitivamente a finales de la Edad Media.

Castillo de Santa Eufemia
Castillo de Santa Eufemia – Castillos y Batallas

El Castillo del Trovador Macías es, sin duda, uno de los grandes atractivos de la localidad de Arjonilla. La leyenda del célebre trovador, que inspiró a escritores como Lope de Vega o Larra, cuenta el desafortunado amor entre el joven Macías y Doña Elvira, una historia que se recrea cada año en el municipio a través de las jornadas medievales.

Tras la conquista cristiana, la Orden de Calatrava dotó al castillo de una torre-puerta en cuyo aposento más alto se cuenta que estuvo preso y murió Macías el Enamorado. Es en esta época, además, cuando se construye la ermita de Santa Catalina, convertida en capilla del castillo y en la que, hasta el siglo XVII, todavía existía el sepulcro del joven trovador. Tres de los siete lados que tuvo la fortaleza aún se conservan en buen estado, al igual que la torre.

La Orden de Calatrava también tuvo un papel fundamental en otras fortalezas, como en la de Lopera, donde construyeron una fortaleza considerada como una de las joyas de la provincia en arquitectura defensiva. Declarado bien de interés cultural en 1991, este castillo conserva el perímetro amurallado original, aunque a lo largo de los años sirvió también de residencia e, incluso, como bodega a mediados del siglo XX, por lo que ha sido fruto de varias restauraciones.

La gran batalla

También es imprescindible visitar lo que queda del Castillo de las Navas de Tolosa, en La Carolina. Cuenta la leyenda que, tras su conquista y apenas dos días después de la histórica Batalla de las Navas de Tolosa, los cristianos no dudaron en pasar a cuchillo a los defensores de este castillo que, durante más de doscientos años, sirvió de defensa y vigía para el reino musulmán. Hoy apenas quedan los restos de su torre, que destaca en la dehesa jienense.

El Castillo de Martos, el de la Tobaruela, el Castillo de Torredonjimeno, el del Berrueco y las murallas y torres de Boabdil, donde se cuenta que estuvo preso el último Emir de Granada después de ser capturado, completan una ruta destinada a bucear en la historia.

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