Este proyecto innovador, que está a punto de finalizar, ha puesto de manifiesto, a través de ensayos demostrativos, la idoneidad -sin riesgo para el suelo, las aguas superficiales y subterráneas y las plantas- de la aplicación de estas aguas residuales temporalmente almacenadas en balsas mediante pequeñas dosis, con riego por goteo en olivares, actualmente en secano.
La provincia de Sevilla es el mayor productor mundial de aceituna de mesa y supone para localidades de la Serranía Suroeste como Arahal, Morón, Puebla de Cazalla o Marchena, una de las principales actividades económicas y el sustento de miles de familias que dependen de su cultivo, recolección, procesado y comercialización.
Según han explicado los impulsores del proyecto, el entamado es el primer nivel de la industria y su actividad es el cocido de las aceitunas, proceso para el que se necesitan grandes cantidades de agua que, junto a la sosa caústica y la salmuera, suponen al final del proceso una importante generación de residuos.
Para el aderezo de un millón de kilos de aceituna son necesarios 1.950 metros cúbicos de agua, 6.600 kg. de sosa caústica y sal en altas concentraciones, que una vez usados generan un vertido líquido, que es almacenado en balsas de evaporación, incrementándose año a año su concentración salina. Se trata del método implantado en la actualidad para la eliminación y el almacenamiento de los residuos de este tipo de industrias.
En este sentido, el Grupo de Desarrollo Rural Serranía Suroeste Sevillana, en colaboración del Grupo AGR-127 Hidrología e Hidráulica Agrícola de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes (ETSIAM) de la Universidad de Córdoba, han diseñado un proyecto experimental para la puesta en valor de las aguas residuales de las balsas. A este proyecto se han sumado la cooperativa agraria Nuestra Señora de Las Virtudes, la sociedad cooperativa agraria Labradores de la Campiña y el Ayuntamiento de Arahal, además de está apoyado por AMPEMA y Manzanilla Olive.
Los principales objetivos del proyecto son la reducción de los volúmenes de aguas salinas almacenadas en las balsas, así como de la huella hídrica de la industria de aderezo de aceituna, y el aumento de la productividad de olivares de la zona.
Para ello, durante dos campañas se ha llevado a cabo un seguimiento en ocho fincas y se han evaluado los resultados obtenidos, manteniendo un control exhaustivo en la evolución de las concentraciones salinas del suelo y la planta, y en muchos otros parámetros. También se están analizando los efectos del riego sobre el tamaño y la calidad de las aceitunas.
A través de esta iniciativa “podrían convertirse los actuales vertidos de aguas industriales en recursos, además de eliminar un residuo que presenta una continua amenaza medioambiental para toda la zona por la posible liberación al medio de grandes cantidades de aguas salinas almacenadas”, han destacado sus impulsores.
Vídeo final de resultados: https://www.youtube.com/watch?v=vEvJI1pGBWo&feature=youtu.be
Fuente: Mercacei