La medicina rural, cerca del relevo generacional: “Cada vez va a haber más plazas en los pueblos que en la ciudad”

Diez años. Este es el plazo que se marca la Organización Médica Colegial para que se de un cambio importante en la medicina rural: el relevo generacional. Según dicho organismo, “el envejecimiento poblacional es un problema que aún está por venir para la medicina rural pues, en la próxima década se jubilarán muchos facultativos”. Y es que, según sus datos, el panorama global en España es desalentador, con una alta tasa de envejecimiento de los facultativos: en la provincia de Soria un 63,7% de los médicos en activo tienen 55 años o más; un porcentaje parecido al de Huesca, Teruel, Zamora, Salamanca, Palencia, Asturias u Ourense. Y, lo peor, admiten, “no hay relevo suficiente a la vista”. No obstante, también son muchos los estudiantes de medicina que salen cada año al mercado laboral en busca de nuevas oportunidades que podrían estar, precisamente, en los pueblos. “Casi va a haber más plazas vacantes en el medio rural de aquí a nada que en el urbano porque la mayoría de gente que se quiera ir jubilando se va a ir buscando un sitio más cómodo en las ciudades”, afirma el doctor Miguel Ángel María, médico de familia rural y comunitario en el municipio madrileño de Perales de Tajuña, de casi 3.000 habitantes. Su agenda tiene “35 huecos diarios, que normalmente se suelen cubrir todos los días”, pero también se desplaza a hacer consultas domiciliarias en un radio de unos 3-5 kilómetros y a una residencia privada que hay en el pueblo de al lado. Su día empieza a las 9.00 y termina a las 16.00 h, y tiene la suerte de que su centro es el de cabecera y da asistencia continuada durante 24 horas, por lo que tras él hay otro facultativo que se queda en su puesto para las urgencias. Él, además, coordina el grupo rural SemFYC y es tutor de la rotación de médico de familia en la medicina rural. Por ello está en continuo contacto con jóvenes a los que intenta animar a que se decidan por los pueblos, que vean la parte positiva de trabajar en ese ámbito: “Antes tenía fama de que estaba solo, pero ahora con internet solo solo no estás. Antes decías: no tenemos formación, no tenemos biblioteca… pero ahora tienes acceso online a todo tipo de cosas que te pueden ayudar a tomar decisiones. Aunque sigues solo delante del paciente…”. Pero esa soledad ante cualquier adversidad también le da “mayor incertidumbre”. “Los pacientes son muy parecidos a los de la ciudad, pero aquí muchos no quieren ingresar, se quieren quedar en casa, no quieren hacerse pruebas porque a lo mejor se tienen que desplazar… Entonces intentas resolver las cosas en casa; es más medicina”. De esta forma, también dice que, en muchos sitios como en Galicia, “los médicos mejor preparados, la mayoría, están trabajando en el mundo rural”.

“La medicina rural es el futuro de muchos jóvenes”

Tatia Santirso Benito tiene 29 años, acaba de terminar la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria en La Rioja y forma parte de dos grupos de medicina rural, el del SemFYC y el de La Rioja. Esta joven médico de familia (JMF) es natural de Infiesto, un municipio asturiano de poco más de 2.000 habitantes. Eso le ha hecho seguir apostando por el mundo rural y su medicina, “la auténtica, la original medicina de familia”. ¿Cómo veía la medicina rural antes de probarla? ¿Ha cambiado algo? La medicina rural era la que yo conocía como paciente, y tras ‘catarla’, poniéndome al otro lado de la mesa, sigue siendo la que más me gusta. Durante mi formación MIR (Médico Interno Residente) tuve la oportunidad de rotar por centros de salud rurales y estar en contacto con médicos de este ámbito; desde el principio tuve claro que esa medicina era la que yo quería ejercer. ¿En la universidad les enseñan contenido específico sobre este tipo de especialidad? No nos hablaban de medicina rural específicamente; rotábamos por centro de salud –urbano, mayoritariamente– durante un período corto, pero no teníamos contenidos específicos rurales. Actualmente, algunos estudiantes de medicina, realizan prácticas rurales durante sus períodos vacacionales como una rotación voluntaria por la que en algunos casos pueden obtener un determinado número de créditos. ¿En qué se diferencian la medicina rural y la urbana? La rural es la auténtica y original medicina de familia, que permite realizar una atención integral y continuada. Aporta habilidades como la comunicación e interrelación médico-paciente-familia, el manejo de una medicina menos agresiva, así como la gestión de la incertidumbre y la confidencialidad. menos agresiva, así como la gestión de la incertidumbre y la confidencialidad. Habilidades en el tratamiento paliativo, gestión del enfermo crónico, polimedicado, con escaso soporte familiar. Habilidades de trabajo en equipo, y un abordaje de la salud más completo y comunitario. En el ámbito rural sigue existiendo más confianza en el médico por parte del usuario; esto se ha ido perdiendo en las áreas urbanas. Se trata de la medicina ‘de toda la vida’, pero con una formación sólida de los profesionales y sin el aislamiento físico y científico de antaño, permitiendo al médico de familia ejercer y desarrollar sus conocimientos de una forma incluso más completa que en las áreas urbanas. ¿Es un trabajo más sacrificado al tener que tratar con gente que no quiere hacerse pruebas, desplazarse…? Tenemos que tener en cuenta que, al igual que los profesionales hacen largos desplazamientos, algunos usuarios tienen que hacer desplazamientos de más de una hora para acudir al hospital, o no disponen de los medios para hacerlo. Por ello, es fundamental realizar un trabajo multidiciplinar, y buscar formas de estar conectados con el resto de especialistas. ¿Está estigmatizado el mundo rural entre los jóvenes? Ahora mismo, la medicina rural es el futuro de muchos jóvenes médicos de familia, ya que en toda España se dispone de bastantes plazas en centros de salud rurales. En La Rioja, de 9 residentes de MFYC que hemos finalizado la especialidad, más de la mitad, hemos apostado por este tipo de medicina.  ¿Se ha notado más la crisis en este ámbito? Se ha notado sobre todo porque se han amortizado plazas en vez de cubrirlas con nuevo personal y esto ha generado un aumento de carga asistencial para todos. ¿Cómo se ve a usted y a la medicina rural en un futuro? Veo mi futuro profesional como médica rural, llevando a cabo esa medicina que tanto me gusta, y trabajando codo con codo con mi compañera enfermera por una medicina integral y comunitaria, cargada de valores, empatía y asertividad. Un reportaje de Noelia López para 20 Minutos

La medicina rural, cerca del relevo generacional: “Cada vez va a haber más plazas en los pueblos que en la ciudad”

Diez años. Este es el plazo que se marca la Organización Médica Colegial para que se de un cambio importante en la medicina rural: el relevo generacional. Según dicho organismo, “el envejecimiento poblacional es un problema que aún está por venir para la medicina rural pues, en la próxima década se jubilarán muchos facultativos”. Y es que, según sus datos, el panorama global en España es desalentador, con una alta tasa de envejecimiento de los facultativos: en la provincia de Soria un 63,7% de los médicos en activo tienen 55 años o más; un porcentaje parecido al de Huesca, Teruel, Zamora, Salamanca, Palencia, Asturias u Ourense. Y, lo peor, admiten, “no hay relevo suficiente a la vista”.

No obstante, también son muchos los estudiantes de medicina que salen cada año al mercado laboral en busca de nuevas oportunidades que podrían estar, precisamente, en los pueblos. “Casi va a haber más plazas vacantes en el medio rural de aquí a nada que en el urbano porque la mayoría de gente que se quiera ir jubilando se va a ir buscando un sitio más cómodo en las ciudades”, afirma el doctor Miguel Ángel María, médico de familia rural y comunitario en el municipio madrileño de Perales de Tajuña, de casi 3.000 habitantes. Su agenda tiene “35 huecos diarios, que normalmente se suelen cubrir todos los días”, pero también se desplaza a hacer consultas domiciliarias en un radio de unos 3-5 kilómetros y a una residencia privada que hay en el pueblo de al lado. Su día empieza a las 9.00 y termina a las 16.00 h, y tiene la suerte de que su centro es el de cabecera y da asistencia continuada durante 24 horas, por lo que tras él hay otro facultativo que se queda en su puesto para las urgencias.

Él, además, coordina el grupo rural SemFYC y es tutor de la rotación de médico de familia en la medicina rural. Por ello está en continuo contacto con jóvenes a los que intenta animar a que se decidan por los pueblos, que vean la parte positiva de trabajar en ese ámbito: “Antes tenía fama de que estaba solo, pero ahora con internet solo solo no estás. Antes decías: no tenemos formación, no tenemos biblioteca… pero ahora tienes acceso online a todo tipo de cosas que te pueden ayudar a tomar decisiones. Aunque sigues solo delante del paciente…”. Pero esa soledad ante cualquier adversidad también le da “mayor incertidumbre”. “Los pacientes son muy parecidos a los de la ciudad, pero aquí muchos no quieren ingresar, se quieren quedar en casa, no quieren hacerse pruebas porque a lo mejor se tienen que desplazar… Entonces intentas resolver las cosas en casa; es más medicina”. De esta forma, también dice que, en muchos sitios como en Galicia, “los médicos mejor preparados, la mayoría, están trabajando en el mundo rural”.

“La medicina rural es el futuro de muchos jóvenes”

Tatia Santirso Benito tiene 29 años, acaba de terminar la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria en La Rioja y forma parte de dos grupos de medicina rural, el del SemFYC y el de La Rioja. Esta joven médico de familia (JMF) es natural de Infiesto, un municipio asturiano de poco más de 2.000 habitantes. Eso le ha hecho seguir apostando por el mundo rural y su medicina, “la auténtica, la original medicina de familia”. ¿Cómo veía la medicina rural antes de probarla? ¿Ha cambiado algo?

La medicina rural era la que yo conocía como paciente, y tras ‘catarla’, poniéndome al otro lado de la mesa, sigue siendo la que más me gusta. Durante mi formación MIR (Médico Interno Residente) tuve la oportunidad de rotar por centros de salud rurales y estar en contacto con médicos de este ámbito; desde el principio tuve claro que esa medicina era la que yo quería ejercer. ¿En la universidad les enseñan contenido específico sobre este tipo de especialidad? No nos hablaban de medicina rural específicamente; rotábamos por centro de salud –urbano, mayoritariamente– durante un período corto, pero no teníamos contenidos específicos rurales. Actualmente, algunos estudiantes de medicina, realizan prácticas rurales durante sus períodos vacacionales como una rotación voluntaria por la que en algunos casos pueden obtener un determinado número de créditos. ¿En qué se diferencian la medicina rural y la urbana? La rural es la auténtica y original medicina de familia, que permite realizar una atención integral y continuada. Aporta habilidades como la comunicación e interrelación médico-paciente-familia, el manejo de una medicina menos agresiva, así como la gestión de la incertidumbre y la confidencialidad. menos agresiva, así como la gestión de la incertidumbre y la confidencialidad.

Habilidades en el tratamiento paliativo, gestión del enfermo crónico, polimedicado, con escaso soporte familiar. Habilidades de trabajo en equipo, y un abordaje de la salud más completo y comunitario. En el ámbito rural sigue existiendo más confianza en el médico por parte del usuario; esto se ha ido perdiendo en las áreas urbanas. Se trata de la medicina ‘de toda la vida’, pero con una formación sólida de los profesionales y sin el aislamiento físico y científico de antaño, permitiendo al médico de familia ejercer y desarrollar sus conocimientos de una forma incluso más completa que en las áreas urbanas. ¿Es un trabajo más sacrificado al tener que tratar con gente que no quiere hacerse pruebas, desplazarse…? Tenemos que tener en cuenta que, al igual que los profesionales hacen largos desplazamientos, algunos usuarios tienen que hacer desplazamientos de más de una hora para acudir al hospital, o no disponen de los medios para hacerlo.

Por ello, es fundamental realizar un trabajo multidiciplinar, y buscar formas de estar conectados con el resto de especialistas. ¿Está estigmatizado el mundo rural entre los jóvenes? Ahora mismo, la medicina rural es el futuro de muchos jóvenes médicos de familia, ya que en toda España se dispone de bastantes plazas en centros de salud rurales. En La Rioja, de 9 residentes de MFYC que hemos finalizado la especialidad, más de la mitad, hemos apostado por este tipo de medicina.  ¿Se ha notado más la crisis en este ámbito? Se ha notado sobre todo porque se han amortizado plazas en vez de cubrirlas con nuevo personal y esto ha generado un aumento de carga asistencial para todos. ¿Cómo se ve a usted y a la medicina rural en un futuro? Veo mi futuro profesional como médica rural, llevando a cabo esa medicina que tanto me gusta, y trabajando codo con codo con mi compañera enfermera por una medicina integral y comunitaria, cargada de valores, empatía y asertividad.

Un reportaje de Noelia López para 20 Minutos

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