Por un mundo rural lleno de vida

«El medio rural es la fuente de nuestros alimentos y también del aire que respiramos, del agua que necesitamos diariamente»


Por un mundo rural lleno de vida

Desde hace siglos, nuestro territorio ha estado intervenido, hemos modelado el paisaje. Ahora que nuestro territorio está antropizado, sigue necesitando de nuestra mano diaria. Por ello, el futuro del medio rural y el de todos pasa por garantizar un mundo rural vivo, poblado. Que genere aire, agua, clima, paisaje, y también nos siga proveyendo de tantos productos esenciales que, como hemos comprobado en estos días, es imprescindible que se sigan produciendo en lugares cercanos a su consumo.

En estas últimas semanas, la presión al sistema económico y social que ha generado la pandemia provocada por el Covid-19 ha evidenciado la relevancia del mundo rural como factor fundamental de un desarrollo equilibrado. Se ha comprobado la necesidad de dotar de infraestructuras de telecomunicaciones en especial a la población más alejada de las ciudades y centros administrativos, pues el acceso a las mismas se ha destacado en esta crisis como un elemento de nivelación de competitividad, de oportunidades y de pantalla para darse a conocer.

Hemos comprobado la importancia fundamental del sector agrícola, ganadero, con sus transformaciones correspondientes, como sector estratégico de abastecimiento. Del sector forestal, como lucha en la desertificación, suministrador de material como biomasa, generador de mano de obra. Estamos viendo cómo, la producción ecológica, de proximidad, las huertas, los canales de comercialización dan alimentos seguros, empleo, clima, seguridad, salud.

Los pueblos

Muchas personas que actualmente residen en las ciudades están mostrando su interés por trasladarse a pequeños pueblos. Tienen que reflexionar y tener claro que vivir en el medio rural no es una cuestión de modas, que la identidad rural, que mudarse a un pequeño pueblo supone incorporar muchos cambios en el estilo de vida. Que la actividad de los pueblos, sus principales sectores productivos, su propia fisonomía responde a un encaje con el tipo de suelo, de cultivo, de ganadería, de clima y que es la vida de las personas la que tiene que acoplarse a ello pues sólo así se puede seguir consiguiendo ese beneficio mutuo personas-territorio que caracteriza la vida del medio rural, que es la que hace que las mujeres y hombres del campo realicen cada día una aportación esencial a la calidad de vida de toda la sociedad.

Necesitamos poner en valor a la gente del campo, su dignidad, su calidad de vida. Tenemos que cubrir desde los servicios públicos sus necesidades, desterrando cualquier categorización que a veces se percibe por la falta de atención y medidas pensadas para estas personas. Por eso el despoblamiento, que no es un problema, sino la consecuencia de otros muchos problemas.

Desde la Fundación Savia estamos insistiendo desde hace mucho tiempo a los distintos gobiernos en sus ámbitos competenciales que se pongan en marcha medidas como la digitalización, para mejorar el funcionamiento de trámites y gestiones administrativas vía electrónica es un objetivo claro. Restaría importancia al centralismo burocrático urbano. Mejoraría la estima y la identidad, optimizaría tiempos y costes. Crear un cuerpo de funcionarios rural. Establecer incentivos para que maestros, médicos, bomberos, policía,.., que vivan en el lugar de trabajo. Reforzaría la calidad del tejido social, haría líderes de opinión y prescriptores del territorio. Permitiría su arraigo en los pueblos lo que conlleva una calidad de la vida social de los pueblos y evitar miles de desplazamientos innecesarios.

Una Fiscalidad rural, mecanismos que corrijan la menor competitividad de los emprendedores rurales. Hacer atractivo las actividades profesionales y empresariales en lugares remotos. Incorporar el concepto de discriminación positiva para las actividades que, además de generar productos de calidad, aportan bienes públicos a la sociedad (agua, aire, paisaje, energía). Que exista un verdadero contrapunto desde el ámbito fiscal que contraponga los beneficios de la actividad económica en el medio rural frente al desarrollismo urbano. Reforzar el municipalismo.

Dotar de fuerza las entidades locales como agentes clave de dinamización social y económica. Revisar la ley de contratos. Mejorar el urbanismo mediante la creación de la figura del interventor municipal de urbanismo. Contar con unos servicios comarcales dignos que resuelvan los problemas de los ciudadanos de forma ágil y en el propio territorio. Mejorar la disponibilidad de vivienda. Contar con una vivienda digna sigue siendo uno de los grandes retos de nuestros pueblos, a pesar de que se cuenta con un parque de viviendas más que suficiente. Debe ponerse en marcha un plan de restauración y acceso a la vivienda en los pueblos con criterios de respeto del patrimonio que vuelvan a llenar de vida los núcleos rurales. En el medio rural no existe un problema de existencia de viviendas sino de disponibilidad.

Industria familiar agroalimentaria

Defender la industria familiar. Generar empleo y riqueza en sectores vinculados al territorio es la mejor manera de arraigar las personas al mismo. La industria familiar vinculada al sector agroalimentario necesita un impulso y revisiones legales que la doten de agilidad y competitividad. Por ejemplo, como venimos reclamando desde hace años, que se permita el funcionamiento de mataderos móviles.

Garantizar la educación. Es necesario que los jóvenes reciban una formación académica sólida, pero en su ciclo de crecimiento profesional y personal es necesario transmitirles la importancia de que desarrollen y apliquen esos conocimientos en su territorio. Es necesario que incorporemos como objetivo específico de la formación de los jóvenes el retorno, tras su educación académica, a su propio territorio.

Abordar la crisis climática con un planteamiento desde lo rural, esto es, adoptar medidas que permitan, gracias a la experiencia y resiliencia de las mujeres y hombres del campo, contribuir de manera decisiva a combatir este gran reto colectivo cuyos beneficios son para todos. Mejorar la movilidad. El medio rural necesita un plan de movilidad que vaya más allá de la construcción de grandes autovías. Dotarlo de una adecuada red de carreteras y caminos, de conexiones ferroviarias que favorezca una movilidad de proximidad ágil y rápida beneficia a las personas, al territorio, a todos.

La vida del medio rural tiene que generarnos, a todos, el máximo de los respetos. Es la fuente de nuestros alimentos y también del aire que respiramos, del agua que necesitamos diariamente. Cuidarlo es cuidarnos. Conservarlo y mejorarlo es asumir nuestra responsabilidad para con el presente, para con las generaciones futuras.

Fuente: Agrónoma. Artículo de opinión de Francisco Casero

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