Entrevista publicada en El Diario Montañés.
Ingeniera agrónomo por la Universidad Politécnica de Valencia en la especialidad de Economía y Política Agraria, Elena Cebrián es la actual secretaria general para el Reto Demográfico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Su trayectoria profesional ha estado estrechamente vinculada al desarrollo rural, la gestión de fondos europeos, agua, parques nacionales y análisis y prospectiva en materia agraria y ambiental. Tras ejercer, entre 2015 y 2019, de consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana, el pasado mes de febrero fue nombrada para este nuevo departamento que asume las competencias para la elaboración y el desarrollo de la política del Gobierno frente al reto demográfico y la despoblación.
-Se está hablando mucho de un cambio de visión hacia el medio rural, se está despertando un interés por irse a vivir a zonas rurales o zonas más abiertas. En este sentido, es un momento positivo y tenemos que aprovechar esa corriente, pero tampoco podemos idealizar lo que es la vida de estos pueblos. Son entornos vulnerables, no solo desde el punto de vista social sino también, y lo sabéis muy bien en Cantabria, desde el punto de vista de los recursos naturales, así como de la dificultad de acceso a determinados servicios. Pero lo importante es que esta crisis nos ha hecho ver que no existe una dualidad entre lo urbano y lo rural, la interrelación entre ambos es más fluida que antes y en esto es en lo que tenemos que trabajar.
-Me gusta más hablar de cómo facilitar que las personas se queden en sus localidades o puedan escoger dónde empezar un proyecto de vida o profesional y eso es una combinación de factores. En primer lugar que haya una previsión adecuada de servicios públicos pero también de servicios privados, por ejemplo, algo tan sencillo en entornos urbanos como es el acceder a un cajero automático. En segundo lugar, tiene que haber oportunidades interesantes e ilusionantes para desarrollar una carrera profesional y un acceso a oportunidades de ocio, a la cultura, deporte y diversión porque es parte de nuestra vida y nuestra sociedad. Lo que necesitamos es una conectividad física, una conectividad digital y una conectividad humana, es decir, tenemos que pensar en lo que necesitan las personas para mantener la funcionalidad de un territorio. Y todo esto lo tenemos que hacer de manera trasversal y muy coordinada con otros ministerios, con las comunidades autónomas y con las entidades locales que son los que conocen qué es lo que pasa en su territorio y lo que necesitan sus conciudadanos.
-En primer lugar, su diversificación. Tenemos una importante base agraria, un sector primario muy potente y diverso, pero, contando con él, tenemos que ir más allá, diversificar las actividades. En segundo lugar, que se cuente con las fortalezas propias de cada territorio, con la importancia de los activos endógenos que se pueden aprovechar en esta mirada al futuro y en esta diversificación económica. También tenemos que hablar de innovación, que no es otra cosa que hacer las cosas de forma diferente, no es solo una cuestión de alta tecnología, sino de innovación social. Otro punto para la reactivación económica es tener en cuenta todas las oportunidades que nos ofrece la descarbonización de la economía. Todo lo que pueda haber en innovación, en las formas de producción, de comercialización y de consumo verde o ecológico, en energías renovables, etc. es un factor de oportunidad en términos económicos, de generación de empleo muy potente. Y, por supuesto, la digitalización también es un factor clave. Los pequeños y medianos ayuntamientos deben tener muy reforzado este aspecto para poder ofrecer unos buenos servicios a sus ciudadanos, que puedan utilizar todas las posibilidades que abre internet, facilitando, además la tramitación administrativa de manera digital.
-Estamos totalmente de acuerdo. Han de ser estrategias transversales, multisectoriales que incorporen los distintos puntos de vista y con base territorial. Pero esto no quiere decir que nos olvidemos que hay ayudas sectoriales necesarias y que tenemos que ser capaces de, en cada ámbito territorial, combinarlas, buscar las sinergias entre ellas y evitar que corran caminos divergentes. Desde la secretaría estamos impulsando la incorporación del análisis del impacto demográfico en los proyectos normativos para poder contar con planes sectoriales pero que, desde un punto de vista del impacto demográfico, vayan todos en el mismo camino, reforzándose los unos a los otros y enfocados a los problemas que queremos resolver. Asimismo, sobre ese enfoque trasversal también estamos trabajando de cara al próximo periodo de programación de los fondos europeos. El objetivo es que, a través de esas medidas y junto a la capacidad y financiación que se está movilizando en la Unión Europa, podamos trasladar todo esto a los territorios, resolver todos esos problemas y ayudar a las personas, a los emprendedores y a las administraciones locales que tanto luchan por mantener estas poblaciones.
-Cuando hablamos de plan de desarrollo rural sostenible e inteligente lo primero que tenemos que hacer es adaptar ese lenguaje a la realidades de cada territorio y trasladar esos grandes conceptos de sostenibilidad o desarrollo inteligente a cada localidad y a lo que las personas que viven allí entienden. Tenemos que ver que esa inteligencia colectiva, necesariamente no tiene que venir de fuera, la tenemos en esos territorios y lo que tenemos que intentar es no perderla. De fuera pueden venir más recursos o las plataformas necesarias para que esta inteligencia o esos valores que están en el territorio puedan florecer, desarrollarse y potenciarse. Por otro lado, hay que cambiar la mirada, debemos hacer las cosas de forma diferente pero manteniendo la identidad, el orgullo y la historia de esos territorios que se había dejado un poco atrás. Y, finalmente, será sostenible cuando lo que estemos haciendo sea mejorar la calidad de vida de las personas y garantizar sus derechos sociales y laborables, cumpliendo, además, con los principios del respeto en la pata ambiental del concepto de sostenibilidad. En la esencia del reto demográfico está una cuestión de reducción de desigualdades, las personas deben tener igualdad de oportunidades independientemente del lugar que escojan para vivir y trabajar.
-La digitalización, que es garantizar la conectividad digital y por telefonía a toda la población, es un factor clave y una de las líneas de trabajo que más se está potenciando. Actualmente, la conexión a 30 megabits está alcanzando el 94% de la población, un 86% cuando hablamos de población rural. Por lo tanto, ahora nuestro enfoque específico es ese 10-15% al que todavía no llega la conectividad en buenas condiciones y ampliarlo mucho más para que alcance absolutamente a todas las zonas rurales. La próxima convocatoria para el programa de extensión de banda ancha son 150 millones de euros y está enfocado específicamente a cubrir esas zonas, principalmente las más remotas y que están más desprovistas, para que la cobertura llegue al 100% de la población. Esto tiene que venir acompañado por otros proyectos innovadores como proyectos pilotos 5G, las redes de escuela conectadas o la posibilidad y la oportunidad que nos puede dar la Inteligencia Artificial o el Big Data, por ejemplo, en la gestión de servicios municipales. Pero todo esto no funcionará bien si no lo acompañamos de actividades de formación y acompañamiento para que las personas de todo tipo y condición, especialmente en las zonas rurales, puedan acceder y utilizar con facilidad todos estos medios que nos ofrece la conectividad digital.