Inma acaba de recoger el Premio Mundo Rural 2021 concedido por la Cofradía Gastronómica El Dornillo por “ser un referente de la mujer rural”.
Inma, de 33 años, ha tomado el relevo de su padre, Francisco Romero, en la ganadería familiar. Aunque el mecanismo de ordeñar está muy mecanizado, ella tiene que encargarse cada día de activar las máquinas en cada una de las 300 cabras que tiene. Un oficio, asegura, que hace por vocación y también por devoción. “Es algo muy gratificante porque estás en contacto con la naturaleza y con animales, que es lo que me gusta”, asegura.
Eso sí, aunque anima a los jóvenes a implicarse en la ganadería, dice comprender que muchos de ellos opten por no continuar el relevo generacional habida cuenta de que la compensación económica no siempre es la que esperan. “Es muy complicado ser ganadera hoy en día, los costes de producción son cada vez mayores y los precios de la leche siguen en niveles de hace décadas”, señala Inma Romero. Añade que “es lógico” el cierto desapego que los jóvenes muestran hacia la ganadería por “la situación de incertidumbre económica”.
Además de regentar en solitario la explotación ganadera de Cerezo Gordo (su padre, ya jubilado, sigue cerca de ella a diario) Inma debe hacer un esfuerzo por conciliar su trabajo con la vida familiar. De hecho, cada día, antes de ir al trabajo deja a su niña de 5 años en el aula matinal de Alcalá la Real. Y, además, es una ocupación que no permite ni una tregua, por lo que todos los días ha de visitar a las cabras. “Los fines de semana tengo la ayuda de mi marido”, destaca esta ganadera.
Los más de 300 litros de leche que se producen a diario en su explotación ganadera van a parar a la reconocida quesería “Quesos y Besos”, que regentan su hermano Paco y Silvia Peláez en Guarromán. Una quesería que en los últimos años ya ha cosechado varios premios nacionales e internacionales por su capacidad de emprendimiento y la calidad de sus quesos.
Fuente: Alma de Pueblos.es