Teresa recuerda sus veranos en Puebla de Guzmán (Huelva) junto al bastidor, la máquina de coser y coloridos carretes de hilos. Su abuela le enseñó a bordar y le inculcó ese aprecio a un oficio que ha convertido, con el paso de los años, en un negocio lleno de pasión.

Teresa creció en Huelva capital pero en 2002 se mudó al pueblo de su familia para formar allí la suya. No fue hasta que sus hijos crecieron cuando decidió emprender. “En un pueblo, aparte de estar en casa, poco más se puede hacer” se sincera esta artesana que disfruta de su trabajo.

La oportunidad de demostrar su pasión por el bordado y la costura llegó de la mano de los fondos europeos LEADER que gestiona en este territorio el Grupo de Desarrollo Rural Andévalo Occidental (ADRAO).

Acudió a ADRAO y presentó su idea de negocio que consistía básicamente en la adquisición de una máquina industrial de bordado y costura tanto en prendas tradicionales como de nuevas tendencias. Con ella, esta emprendedora abrió Atelier bordados, una tienda de ropa de bebé cuyas prendas borda y personaliza a petición de su clientela. La peculiaridad de esta máquina es que cose en todo tipo de tejidos e incluso materiales, por ejemplo, bolsos, cinturones, etc.

Por las manos de Teresa han pasado prendas tradicionales. Por ejemplo, desde las blusas y faldas de los trajes de gabacha, indumentaria típica de Puebla de Guzmán al faldón de la Virgen de la Peña, pendones o pañuelos, etc. Todas estas piezas lucen los bordados que con tanto mimo y maestría realiza.

Emprender en el medio rural

Hace cuatro años de la apertura de su negocio y su balance es positivo a pesar de las dificultades iniciales. “Muchas personas no valoran este trabajo y piensan que es muy fácil y se equivocan. Las cosas se consiguen a base de mucho sacrificio y esfuerzo. En pandemia tuve que cerrar la tienda como el resto de establecimientos. Hacía relativamente poco que había comenzado con el negocio y fue duro”, reconoce.

Ella recuerda que su familia le decía que no se metiera en líos y continuara en casa pues allí iba a estar mejor. “Al principio costó que entendiera que quería intentarlo y emprender en algo que me gusta”.

La ayuda del Grupo de Desarrollo Rural fue fundamental para que se decidiera a emprender. “Sin el apoyo ADRAO no hubiera podido adquirir la máquina industrial”. Poco a poco, Atelier bordados ha orientado su trabajo al bordado de ropa de bebés: arrullos, toallas, gorritos, neceseres, talegas, muselinas, etc.

La digitalización te abre nuevos mercados

Después de la apertura del local llegó su presencia en Internet. “Creé la página web y comencé a dar a conocer mi trabajo en redes sociales”. Eso le ha dado mucha visibilidad a Teresa quien señala que “ha enviado algunos pedidos a Texas y, por supuesto, a cualquier rincón de España” de ahí que destaque la necesidad de invertir en marketing y en TIC. “Son fundamentales para que tus productos se conozcan en cualquier sitio”.

Consejos para emprender

Teresa anima a aquellas mujeres que se estén planteando emprender que lo hagan. “Por lo menos, hay que intentarlo y después lucharlo día a día”. Asegura que su trabajo es muy gratificante y bonito. “Lo mejor son los mensajes de agradecimiento cuando sabes que has hecho un buen trabajo y lo valoran”.

Para Teresa estas ayudas que gestionan los Grupos de Desarrollo Rural de cada territorio son necesarias porque ayudan a diversificar la actividad económica en los pequeños pueblos, que surjan nuevos negocios y emprendimientos más allá de la actividad tradicional.

Fuente: ARA