Y lo tiene una joven bióloga de Cortegana quien elabora aceites esenciales a partir de las plantas que recolecta. Lo que siempre ha sido su pasión ahora se ha convertido en una forma de ganarse la vida en la Sierra de Huelva.
Setefilla Buenavista Recio es licenciada en Biología y emprendedora. Desde hace aproximadamente un año, cuenta con un negocio dedicado a la destilación de aceites esenciales a partir de plantas aromáticas y residuos de la sierra. Hace justo un año que Sete, como la llaman cariñosamente, montó su empresa “Esencia rústica” que refleja la pasión de esta joven sevillana por la naturaleza, las plantas y los animales.
Cuando Sete se dirigió al Grupo de Desarrollo Rural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, llevaba dos años en paro. “La idea de montar un negocio propio y hacerme autónoma lo venía pensando desde hacía tiempo”. Y el momento llegó antes, incluso, de lo que esperaba. “La ayuda LEADER que me tramitó el Grupo de Desarrollo Rural junto a la información y asesoramiento fueron decisivos para crear Esencia rústica”, afirma con alegría.
Hace justo un año que Sete inició su actividad. “Los primeros aceites esenciales ya se han elaborado con las flores y plantas de esta primavera”. Y, a pesar de que las lluvias no han sido generosas, ha podido recolectar laurel, distintas variedades de lavanda silvestre, orégano, etc. Tras su destilación, los aceites ya están listos para envasar en recipientes de diferente tamaño y etiquetado. “La venta está dirigida tanto al consumidor final como a pequeños productores”. Además, Sete acaba de estrenar la web www.esenciarustica.es desde la que vende sus aceites.
Todos los aceites que destila tienen su propia identidad. “De cada uno de ellos realiza un detallado análisis químico de sus propiedades para aquellos profesionales que necesitan una información más detallada del producto. “Quiero darles un valor añadido a mis aceites y que se diferencien del resto”.
” No imagino otra forma de vida que no sea el contacto con la naturaleza, con los animales y plantas. Aquí soy libre”, exclama.
Sete descuelga el teléfono a primera hora de la mañana y atiende la llamada de ARA. Acaba de amanecer y ya ha echado un vistazo al rebaño de ovejas, cabras, burras y cerdos junto a las gallinas, pavos y ánsares. La conversación tiene música de fondo: el cacareo de las gallinas, el ladrido de algún perro reclama su atención y muchos otros sonidos de campo dan más autenticidad a este proyecto de vida.
A la pregunta de cómo es su día a día, Sete responde con una carcajada: “En el campo cada día es diferente. Cuando trabajas con animales y en la naturaleza cada jornada es distinta y eso me gusta”, dice.
Sete creció en el campo y, aunque vivió varios años en la ciudad durante sus estudios universitarios, tenía claro que quería volver a un entorno rural. “No imagino otra forma de vida que no sea el contacto con la naturaleza, con los animales y plantas. Aquí soy libre”, exclama. Y eso es precisamente lo que le ha dado el emprendimiento; libertad para hacer lo que gusta, para organizar horarios, tareas, decidir sobre tu producto, etc.
Lo que más valora de vivir y trabajar en un entorno rural es la tranquilidad, el apoyo social de gente muy diversa de diferentes edades y profesiones que te enriquecen en el día a día.
“Lo que en una ciudad puedes hacer en una hora aquí pierdes toda la mañana porque tienes que desplazarte, por ejemplo, a la cabecera de comarca para realizar cualquier gestión”.
Tan a gusto está en Cortegana que no ve inconvenientes en trabajar en lo rural salvo los tiempos y distancias. “Lo que en una ciudad puedes hacer en una hora aquí pierdes toda la mañana porque tienes que desplazarte, por ejemplo, a la cabecera de comarca para realizar cualquier gestión”.
Después de su primera cosecha, esta bióloga tiene claro que sin el apoyo económico del Grupo de Desarrollo Rural no hubiera dado el paso definitivo. “Comenzar un negocio de cero es muy duro porque necesitas apoyo económico, principalmente”.
Esta joven emprendedora de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche completa su actividad con la recolección de plantas aromáticas como poleo y tomillo que vende para infusiones.
En los próximos meses comenzará a mover sus productos en las ferias locales y a través de internet para dar a conocer sus bálsamos tan auténticos como ella.
Fuente: ARA