Jornadas de cereales, intercambio de semillas, formación sobre poda y cultivos, escuela agroecológica. Todo vale con tal de mantener viva y en buen estado de salud la agricultura en Cuevas del Becerro.

Este pequeño pueblo de la comarca malagueña de Guadalteba se ha dado a conocer en los últimos meses por su apuesta decidida por la alimentación sostenible. Y recursos no le falta porque a la cooperativa de aceite que comercializa el oro líquido de sus olivares se suma la venta de cereales y leguminosas junto a la apreciada miel artesana del terreno.

La revitalización del vivero municipal fue la excusa perfecta para que Grupo de Desarrollo Rural, Ayuntamiento y centro educativo se pusieran a trabajar en común en la creación de un huerto escolar con el que dar vida al vivero y así inculcar a la comunidad educativa el valor de la sostenibilidad y la importancia de las producciones locales.

Si mejoramos la manera en que nos alimentamos, comeremos mañana. En esta frase se resume el proyecto socioeducativo “La tierra que alimenta”.

Una iniciativa que ha germinado gracias al Ayuntamiento de Cuevas del Becerro con la colaboración del CEIP San José Obrero y el apoyo de los fondos europeos LEADER tramitados desde el Grupo de Desarrollo rural Guadalteba.

La propuesta ha llevado a las aulas casos concretos y cercanos sobre soberanía alimentaria para sembrar el espíritu crítico acerca de cómo mejorar la manera en la que nos alimentamos en una población en crecimiento, entornos de escasos recursos y en un contexto de crisis climática y despoblación. 

En un vídeo difundido por el colegio, el profesorado explica que “el proyecto ha consistido básicamente en darle vida al vivero municipal en desuso a través de la creación de un huerto escolar”. En él, los niños y niñas han trabajado, de forma paralela, contenidos tradicionales y populares junto a los del curriculum del centro.

“Hemos realizado sesiones formativas mensuales en el vivero para adquirir los aprendizajes necesarios que hemos reforzado diariamente en el cole”, describen.

El centro recomienda que se replique esta iniciativa en otros puntos porque combina el aprendizaje académico y el servicio a la comunidad, fomenta el arraigo al entorno y hace al alumnado partícipe en su mejora.

Apoyo del Grupo de Desarrollo Rural Guadalteba

El Grupo de Desarrollo Rural Guadalteba ha apoyado este proyecto a través del programa LEADER que cofinancia el FEADER de la Unión Europea y la Junta de Andalucía.

La técnica de proyectos, Yolanda Muñoz explica que “La tierra que alimenta” ha buscado generar conciencia crítica, movilizar al alumnado del colegio y a la comunidad educativa ante las consecuencias sociales, económicas y ambientales que se derivan del actual modelo alimentario.

Además de crear un huerto ecológico para revitalizar el vivero municipal, se han organizado talleres formativos sobre la importancia de la agricultura en el medio rural, cursos de participación ciudadana, jornadas de convivencia entre pueblos de la comarca del Guadalteba, creación de materiales didácticos sobre identidad rural, etc.

Impacto rural del proyecto

La soberanía alimentaria es el eje vertebrador de este proyecto que fomenta el cuidado de la naturaleza, el medioambiente y genera espacios de reflexión del huerto escolar ecológico como herramienta educativa. Además, facilita el contacto de la comunidad educativa con la tierra y el entorno natural desde la sostenibilidad.

Desde el punto de vista de la alimentación, el programa ha facilitado la recuperación del vivero municipal como espacio de producción de alimentos locales, recuperando los sistemas de producción tradicionales y revalorizando los saberes populares

En definitiva, un programa que, con el apoyo de LEADER y el Grupo de Desarrollo Rural Guadalteba, ha sembrado la semilla de la sostenibilidad para que siga creciendo en las generaciones futuras.

Fuente: ARA. Imágenes del CEIP San José Obrero de Cuevas del Becerro.