Desde su centro de ecoturismo en Cazorla, esta emprendedora impulsa la educación ambiental entre toda la población y el contacto con la naturaleza
Paz Garrido Lara y su socia Hillary Pearce recibían, hace tan solo unos días, un reconocimiento al trabajo que desarrollan en materia de educación y sostenibilidad ambiental en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. ARA, la red andaluza de desarrollo rural, destacaba de ambas promotoras su compromiso con el desarrollo sostenible.
Ambas emprendedoras gestionan el centro de ecoturismo El Cantalar. Un proyecto que ha contado con el apoyo de las ayudas LEADER a través del Grupo de Desarrollo Rural Sierra Cazorla.
Ambas emprendedoras comenzaron hace casi tres décadas. “Nacimos con un espíritu vocacional y de educación ambiental con los escolares. Pronto vimos que la educación ambiental era necesaria también para otros segmentos y grupos de población; familias, amigos, etc.”
Con la ayuda del Grupo de Desarrollo Rural Sierra Cazorla, han incorporado al centro una sala de yoga y meditación desde el que se invita a conocer los beneficios terapéuticos de los bosques desde un punto de visto muy pragmático como es el paseo.
Una de las terapias que ponen en práctica es el baño de bosque que consiste en un paseo por un bosque maduro de más de 100 años. Dependiendo de las especies que haya en el bosque, estas se relacionan con algún tipo de beneficio psicológico y físico. “Se denomina Shinrin Yoku y es una terapia procedente de Japón con gran tradición en diferentes culturas del mundo que invita a curar espiritualmente a las personas que lo practican”. En muchos países funciona a modo de prevención de muchas enfermedades relacionadas con la hipertensión y problemas de salud mental como depresión, angustias, ansiedad, etc.
Baño de bosque
El baño de bosque consiste básicamente en escucharnos, estar tranquilos, aceptar y reconocer la presencia propia y dejar que los sentidos sientan y disfruten de lo que hay a nuestro alrededor. “Tiene que ver con pararnos un momento y vernos por dentro en aquellos espacios donde lo permita como puede ser los bosques mediterráneos”, describe Paz.
Desconexión con el entorno rural
El contacto con la naturaleza beneficia a todos pero es crucial durante la infancia para un adecuado desarrollo y una completa maduración infantil. No obstante, el ritmo diario hace que niños y mayores mantengan cada vez menos contacto. “Hay un déficit de naturaleza entre los niños que yo extendería a todo el mundo”, asegura Paz que recuerda el valor de nuestros entornos naturales durante la pandemia. “Volvimos la mirada a nuestros pueblos buscando seguridad, calidad, aire limpio, espacio…”.
Paz Garrido explica que, en estas tres décadas, ha habido una transformación profesional y personal. “Al principio, nuestra empresa era más bien una oenegé que hablaba de cambio climático y desarrollo sostenible. Ahora son conceptos habituales pero antes, no”. También hemos aprendido que la sostenibilidad no es solo ambiental sino también social y económica.
Esta emprendedora concluye afirmando que “las mujeres podemos hoy acceder al mundo empresarial y de la formación desde cualquier entorno natural gracias a la conectividad”.
Fuente: ARA