De montar una asociación juvenil a crear una cooperativa para luchar contra la despoblación en Almargen (Málaga)
Pablo Romero y Juan Andrés Escalera son dos jóvenes cooperativistas malagueños que, en plena pandemia, regresaron al pueblo y crearon una cooperativa social para facilitar el futuro a jóvenes que como ellos deciden quedarse en su entorno. Ambos dejaron atrás sus vidas urbanas para abrazar con el emprendimiento una nueva forma de vida en el medio rural.
Lo que, en principio, iba a ser una asociación juvenil terminó convirtiéndose en una cooperativa que lucha, desde el pueblo de Almargen, por transformar el despoblamiento rural en nuevas oportunidades de vida. Y así surgió la Polea, una plataforma de dinamización, educación, formación y emprendimiento que apuesta por el trabajo en común de los Ayuntamientos del territorio, empresas, entidades y la población local, especialmente jóvenes y mujeres.
La falta de oportunidades laborales y de servicios de ocio son algunas de las razones que llevan a la juventud a irse a la ciudad. “Una debilidad que, según se mire, puede convertirse en una gran oportunidad”, señala Juan Andrés empeñado en desmontar con su propio ejemplo el tópico de la falta de oportunidades en los pueblos. “Si no las hay, se buscan y se crean”.
Este emprendedor enfatiza que el medio rural es atractivo para las nuevas generaciones pero hay que sacar a la luz sus bondades y oportunidades y contarlas para que sirvan de inspiración a otros.
Sin ir más lejos, esta iniciativa hubiera pasado desapercibida en la ciudad donde hay otras similares, sin embargo, en la comarca de Guadalteba es una propuesta innovadora de gente del territorio que plantea soluciones creativas a la despoblación. Un ejemplo es el banco de proyectos de desarrollo rural sostenible que plantean para un futuro. “La idea es que Ayuntamientos, el propio Grupo de Desarrollo Rural y empresas accedan a estas iniciativas y las apoyen con fondos”.
Además, La Polea impulsa proyectos sociales, de educación ambiental, orientación laboral y emprendimiento mediante el apoyo, asesoramiento y acompañamiento a las personas que quieran desarrollar su proyecto de vida en la comarca. “Somos una herramienta al servicio del desarrollo local. Invertir en los territorios es dar vida a los pueblos y eso beneficia a todos, también a las empresas”.
Labrando futuro en Guadalteba: red de dinamizadores culturales
“Labrando futuro” es una de las iniciativas socioculturales que dirigen en la comarca. Cada año cuenta con más ayuntamientos adheridos y ya son seis los que se han sumado. Con esta propuesta se ha establecido una red de dinamizadores culturales en el territorio que se encarga de organizar la oferta de ocio para la juventud de Guadalteba.
Pablo señala que los inicios fueron difíciles. “Al principio, compaginaba el trabajo en la cooperativa con la recogida de aceituna porque, en esos momentos, no nos conocía nadie y lo poco que llegaba no daba para vivir”.
El paso del tiempo ha servido para que esta organización se asiente y se conozca en la comarca. “Queremos abrir el camino a la gente del territorio y pueblos limítrofes ofreciéndoles oportunidades laborales y también espacios de ocio para que vivir en el pueblo sea una opción más”.
Forma parte del órgano directivo del GDR Guadalteba
La Polea comenzó de la mano del Ayuntamiento del Almargen, poco después llegaron otros ayuntamientos con los que se ha impartido formación, talleres de educación ambiental, etc. “A través de ellos conocimos al Grupo de Desarrollo Rural Guadalteba con el que hemos realizado también varias actividades”. Desde hace un tiempo, La Polea forma parte de la Junta Directiva del Grupo de Desarrollo Rural Guadalteba. “Es un espacio donde hay que estar para trabajar de forma coordinada por un territorio más resiliente, sostenible y equilibrado”, concluyen.

